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sábado, 10 de septiembre de 2016

El City Silva, pero no baila

           

            El nuevo proyecto de Pep Guardiola en tierras inglesas tenía por delante en la tarde de hoy su desafío más importante hasta la fecha, de todos aquellos grandes partidos que vendrán. No solo se enfrentaba a Mou, ni tampoco al otro favorito para alzarse con la Premier según los analistas, sino que se trataba de un derby de Manchester y a domicilio. El partido nos deparó un ritmo muy elevado, algo no habitual en los equipos del de Santpedor pero que por el momento su juego esta siendo muy "inglés". Muchos detalles tácticos como se cabría esperar en un duelo entre los dos entrenadores más reputados de los últimos años, ambos en busca de volver a reinar en Europa. El Manchester City salió con un planteamiento ya habitual, Fernandinho cubriendo las espaldas de los dos hombres más destacados hoy en Old Trafford, De Bruyne y Silva, y esto no es casual. La labor del brasileño por detrás como único mediocentro puro y los apoyos de los laterales que en salida ocupan casi posiciones de interior, dejan mucha libertad de movimientos a los dos jugadores más dotados del equipo cuando tienen el balón en los pies. El equipo bailó al son de Silva y firmó una primera parte espectacular, donde solo un error de Claudio Bravo, estorbado por su compañero Stones, a la salida de una falta lateral permitió a los red devils mantener vivo un encuentro que en la segunda parte sería aún más frenético, algo que a Guardiola no le gusta en general, y menos a cualquier otro técnico cuando va por delante en el marcador.

           Este Manchester City está desplegando un fútbol de alto nivel, y es que ofensivamente todos sus hombres se encuentran en un momento de forma dulce; Silva, Sterling, Nolito, De Bruyne, Agüero.. sin embargo le está costando mucho controlar los partidos y ser capaces de cerrarlos con solvencia. Esta verticalidad ofensiva, a la que no nos tenía acostumbrados el bueno de Pep le está generando una gran producción anotadora, pero esto no significa que acabe sufriendo durante muchos minutos de los encuentros. Esto sucede sobre todo a partir de la hora de juego. En ese tramo los citizens deberían controlar la posesión de balón al más puro estilo Guardiola. Controlar el balón en la zona de la medular es clave para poder manejar los tempos del partido y que no te puedan dar un susto a la contra cuando vas por delante. Sin embargo hoy volvió a ocurrir. El City fue incapaz de controlar el balón y el ritmo del encuentro, el balón no les duraba lo suficiente y el ritmo aún era demasiado alto. Entonces el City dejó de bailar. Y Mourinho lo aprovechó. Comenzó a acumular hombres por dentro, ya en el descanso dio entrada a Ander Herrera, lo que permitió liberar a Pogba y a Fellaini, que se situó casi de segundo punta junto a Ibrahimovic para sacar tajada del potencial aéreo sobre la defensa citizen, con Otamendi como único estandarte en este aspecto. Esto dificultó mucho la fluidez en el juego del City, que según pasaban los minutos iba quitando delanteros para meter defensas, al contrario que el United, que cada vez acumulaba más gente en el área buscando el remate a través de balones largos y centros laterales, acabando con defensa de tres. Un guión de partido muy diferente al que se le suele atribuir a Guardiola y Mourinho, pero que derivó en un encuentro muy entretenido y con muchas alternativas.

          El City ha dado el primer golpe sobre la mesa en esta Premier League, mostrando que su poderío ofensivo es abrumador, pero contando también con debilidades atrás. Veremos si con la vuelta de Kompany y la llegada de Gündogan Pep consigue controlar más los partidos, acompañando a Fernandinho y ser más sólido en parcela defensiva, sobre todo en el plano aéreo. Por ahora es vulnerable, pero aun con ello sigue sin conocer otra cosa que la victoria desde el desembarco de Guardiola en Manchester.

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